Si me preguntaran cuál es el género o temática que menos suelo ver en series o películas diría que es el bélico (de guerras), a veces pienso por qué no lo veo y me doy cuenta que es algo que realmente no quisiera ver, es decir, el tema de la muerte y la guerra que suele ser representada de forma realista y cruda suele dejarme con una sensación depresiva después de verla. Esto es porque la temática bélica nunca nos es indiferente, por lo general se le suele dar un contexto para hacer reflexionar al espectador por las consecuencias negativas que trae la guerra (algunas veces tirando al realismo y otras, a la parodia). Si nos referimos al anime en general, es un tema del que he visto poco pero encuentro mucha simpatía porque suelen cumplir en ejecutar una buena historia con personajes verosímiles al contexto en que están ambientados dejando un mensaje muy potente. Muchas veces cuestionando si nuestra forma de vivir en base a los tiempos modernos (que por estos lares suele estar alejado de las guerras a gran escala) no nos afecta del todo, porque no hemos visto realmente esas situaciones, ni quisiéramos vivirlas.
Pocas veces me pongo a ver un documental del tema, pues todo eso me trae dolor, amargura y tristeza, probablemente porque se ve como una realidad que nos es ajena, pues no sabemos que sintieron exactamente esas personas, esas víctimas, esos niños, esos pueblos oprimidos. Es por ello que hay series y películas que sí pueden tener un efecto mayor en mí, por su tendencia a representar personajes o a un protagonista que vive y siente esa situación directamente, y por consecuencia podemos empatizar con él, y el contexto bélico que vive. En esta oportunidad hablaré de Ima, Soko ni Iru Boku (Now and Then, Here and There), sobre cómo guarda esta relación con lo antes mencionado, y del porqué mi enorme aprecio al dejar un mensaje muy contundente, pero efectivo sobre las consecuencias de la guerra expresado desde el punto de vista de unos inocentes niños.